Pied à terre / Azul Tierra
Allá donde te tocan, / mis manos crean / unas pequeñas islas habitadas.
Pronto todo tú / serás de tierra: un territorio / conocido, un país.
Margaret Atwood
La colección Azul tierra está creada con la intención de ofrecer un sentido homenaje al Maestro Manuel Felguérez, a la templanza de sus manos, a su increíble creatividad y a su fortaleza de espíritu. Espero que sea una digna presencia para celebrar sus noventa años así como los veinte años del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez en Zacatecas.
Me siento honrada de exponer en estos muros que crearon el maestro y su esposa, Mercedes Oteyza, hogar de una de las más importantes colecciones de Arte Abstracto Mexicano, que dirige sus reflectores a lo mejor de este movimiento artístico nacional. Muchos de los maestros que más admiro, que abrieron puertas y experimentaron, se encuentran en este recinto.
Azul tierra, como pequeñas islas habitadas, mis lienzos.
El azul en mis cuadros cobra más presencia, como símbolo de esa llama azul del fuego, tenue, tranquila, pero ardiente. Así mis cuadros se encienden por este color que también nos evoca al cielo y al mar, en la más íntima búsqueda del yin y del yan entre el cielo y la tierra. Me llena de enorme plenitud pensar que mi trabajo expuesto aportará a cada uno de sus espectadores una experiencia enriquecedora y hará más hermosa esta tierra azul que habitamos. Agradezco la oportunidad de poder expresar la profundidad de mi ser, que es el tuyo, que es el de todos.
Azul tierra, homenaje en óleo y lino.

















































Lo Profundo es el Aire



































Homenaje a Abraham Romo






Piedra/Verso
Todo el misterio del Universo contenido en una piedra, en un árbol, en un lienzo, es la verdad que Virginia Chévez expresa en su pintura con fuerza y armonía.
Piedra-Verso muestra el camino de una artista que se ha fundido con el óleo, el lino y la madera en obras maestras que develan la unidad del todo. Su arte trasciende la técnica y la materia para convertirse en magia capaz de transformar algo común, una pequeña piedra, en una obra de arte. Nos envuelve entre muros de azules y naranjas, matices de grises y pigmentos tierra —polvo de estrellas— y nos invita con su trabajo, profundo y sutil a la vez, a admirar la belleza oculta de lo ordinario, la grandeza de lo pequeño; convertir, a través de la alquimia, la vida en una poesía que cante al corazón del hombre, al alma del mundo, al Cosmos.
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The whole Universe’s mystery contained in a single stone, in a tree, on a canvas, this is the truth that Virginia ChОvez conveys in her painting through strength and harmony.
Piedra-Verso shows the path of an artist who has joined with her oils, linen, and wood in masterpieces that reveal the unity of all things. Her art transcends technique and medium in order to become magic capable of transforming something commonplace, a small stone, a work of art. Her art surrounds us among blue and orange murals, shades of gray and earthen pigments —stardust— and invites us to admire the beauty hidden within the ordinary through her work, which is deep and subtle at once, and shows the greatness in that which is small; using alchemy to transform life into poetry that sings to the heart of humankind, to the world’s soul, to the Cosmos.
































Cantes de Siembra













Semillas
A propósito del cuadro:
De ramas y otras maderas blancas
Entre polvo de arcilla va creciendo
en la oscuridad de la tierra fértil.
Silencios que ahogan. Crece,
confía en lo profundo de su potencial.
Los largos meses de invierno,
el frío de la nieve, la hacen olvidar.
No quiere crecer, es demasiado.
La confesión, los errores,
los sueños perdidos se agolpan.
Apenas soporta la conciencia de sí.
En un sueño profundo logra olvidar.
En las noches obscuras, las horas se alargan,
peligra ser devorada
por la ignorancia y la evasión.
En la maestría de la labranza
con sabiduría de siglos: el amor,
utensilio indispensable para trabajar el campo,
para amasar la arcilla.
Ella, como quien vive el camino, lo sabe.
La invita a buscar la luz del sol.
Nunca le promete un jardín de rosas.
Ella le susurra a Dios.
Le habla de su semilla.
Le platica desde el corazón profundo.
Una y otra vez...
La alimenta, la ama.
Desde el espíritu lo logrará.
En el camino ascendente, se enfrentará a
fuertes huracanes y tormentas en las que
el agua amenaza con su fuerza.
Y durante los veranos el ardiente sol la quemará.
Teme ser arrancada de golpe del subsuelo
o convertirse en ceniza.
Todo lo vivido se transforma
en alimento que la fortalece.
El atardecer la envuelve
en tonos rosados, violetas -apenas dibujados -
música de mantras y oraciones la mecen,
la arrullan y protegen.
Dice sí pero todavía no lo sabe.
La confianza depositada en la semilla,
actitud humilde y valiente
de franqueza y generosidad.
Un fragmento de alma aún no descubierto,
en un diálogo con la eternidad es revelado.
Brota de pronto,
con el temple de una semilla bien plantada,
un atisbo de realidad.
En el aire, como un aroma delicado y fugaz
flota la certeza de que
para transformarse en madera
consciente de sí misma,
a través del espíritu,
hay que morir para vivir.
Virginia Chévez
Febrero, 2011
























Inscripción de lo sagrado
Inscripción de lo sagrado. Un título directo, que en su sencillez carga con un contenido profundo y complejo. Podría parecer presuntuoso nombrar así una exposición, declararse así escritor (o en este caso, pintora) de lo sagrado. Si no se tratase de esta artista, pondría en duda la autenticidad del título. Sin embargo, la obra es testigo de la entrega de Virginia en la práctica de la pintura, del ser y hacerse artista; así, quienes contemplamos esta obra nos hacemos también testigos de dicha entrega. Cada trazo, cada gesto, cada pieza que conforma esta exposición declaran esta verdad. Si la práctica hace al maestro, Virginia Chévez es, por mucho, una maestra de la pintura. Su obra y su trabajo se manifiestan como un ofrecimiento al universo, y es en esa ofrenda en que la obra se sacraliza. Aquella presunción que podríamos imaginar por el título de la exposición queda anulada frente a la aceptación de Virginia Chévez de reconocerse como un medio a través del cual el universo se expresa en una forma perceptible al ser humano, a cada uno de los espectadores de este trabajo.




























Lotus Mantra



















Tres Veces Tres
2005 Tres veces tres. Casa Lamm. México D.F., México














Khien-Cielo
2003 Khien-Cielo. Galerie Espacio. Morges, Suiza





Instante Presente

















Virginia Chévez
2001 Virginia Chévez. Galería VMRelaciones. Proyecto revista Origina. México D.F., México












Energía Latente
1996 Latent Energy. Perimeter Gallery. FONCA. Houston TX, E.U.A


Dorada Sangre
1995
Dorada Sangre. The University of Texas. Houston TX, E.U.A.
Dorada Sangre. Centro Cultural San Ángel. México D.F., México




Momento Dual
1991 Momento Dual. Centro Cultural Jesús R. Heroles. México D.F., México

